miércoles, 3 de septiembre de 2008

Etapa Sigüenza - Medinaceli

Descanso estupendo después de tomar bicarbonato a las dos de la mañana para aplacar las migas con huevo y chorizo de la cena. El descanso es fundamental en una etapa como la de hoy, ya que aunque entre Sigüenza y Medinaceli haya tan solo 22km. en linea recta, el trazado cidiano recomendado por el Consorcio del Camino del Cid para por Maranchón y girar hacia atrás hasta Medinaceli con más de 85km. en el cuerpo.

Salgo más temprano, una vez desayunado en la cafetería París. Comienzo a rodar y subo hasta el castillo-parador y en track me envia por un camino allá abajo, tenía que haber salido por una puerta a la izquierda según se sube. Vuelvo atrás y ya enfilo bien.












La traza sigue por un precioso parque con gran arbolado, el Bosque Viejo, si bien la escasez de señales y la gran cantidad de caminos, hace que erre en varias ocasiones. A esas horas ya hay vecinos paseando por el parque. De momento, ciclistas, ni el primero.

El trazado es en subida pero muy, muy tendida, por lo que los kilómetros parecen volar, plato mediano y piñones pequeños. Y todo gracias al tipo de camino, compactado y casi limpio de piedras.












Paso por Barbatona, para luego retomar nuevamente la vega del río Dulce. Antes de Jodra del Pinar, se encara fuerte subida donde hay buenas vistas de la vega para descender nuevamente al Dulce y seguir a su lado hasta Estriégana, donde me detengo para hacer unas fotos. Abandono definitivamente la compañía de este río, cuyo nacimiento está esa localidad, para seguir cara a Alcolea del Pinar.


 





Para llegar a Alcolea, primero subimos por un camino de montaña para luego atravesar una vaguada para llegar subiendo a Alcolea. Lo que más me interesó y además me impactó fue la Casa de Piedra. Pedazo de roca, en la que un vecino D. Lino Bueno, de profesión cantero, construyó su vivienda excavando en una roca. La casa, inacabada, fue comenzada cuando Lino tenía 55 años y trabajó en ella hasta el mismo día de su muerte, con 83 años.








Impresionante, con un recibidor, cocina con chimenea, baño con pileta y desagüe excavado en la roca, dormitorio con balcón, habitaculo para los animales con pesebre y gallinero. En dos alturas. Evidentemente, el Rey Alfonso XIII le concedió una de las primeras medallas al Merito del Trabajo.

















Me quedé de piedra, nunca mejor dicho, ante tal magnífica obra, y a Isidro Ruano persona de la familia, encargado ese día de enseñar a los turistas, le pregunté "¿pero este hombre de qué vivía, teniendo familia, cómo alimentaba a los suyos? La respuesta fue sencilla, él tenía trabajo y la casa la excavaba en sus ratos libres y por la noche. JOER!!!!

Una vez visitada esta maravilla, prosigo mi camino y dado el buen firme sigo avanzando con velocidad. Llego a Aguilar de Anguita, donde visito su lavadero y me despisté de su puente romano, pregunté por su Ermita y el dolmen, y por las indicaciones me pareció que era por la ruta a seguir, por lo que continúe sin más.

Llegué a Anguita, pero ni ermita ni dolmen vi. Un fastidio. La traza se dirige al sur a Aguilar, mientras que la ermita debe estar al norte del pueblo. Evidentemente, atrás ya no vuelvo, la etapa de hoy es larga. (Acabada la ruta, compruebo que, efectivamente, el dolmen y ermita estás a 2 km. al norte de Aguilar, por un camino fácil y llano).





En Anguita se entra al lado de su Ermita de Ntra. Sra. de la Soledad. Son ya muchas las ermitas por las que he pasado con advocación a esta Virgen. Sobre un promontorio, la villa es vigilada por su Torre de la Cigüeña.







Saliendo de Anguita se toma el cauce del río Tajuña (*), yendo todo el rato por su sinuosa vega, una preciosidad con formaciones rocosas caprichosas y cuevas, en medio del trayecto hasta Luzón, se yergue las runas de la Torre del Moro. La subida es más pronunciada pero no matadora. El firme sigue siendo bueno y los parajes bellos.













Tras 12 km llego a Luzón, donde me detengo a descansar un poquillo al lado de su fuente de los 9 caños y su antiguo lavadero, y ya desde allí decido ir a Maranchón por carretera con la salvedad de algún tramo que que otro que lo hice por pista, no perteneciente al trazado oficial del Consorcio y ayudado por el gps. El motivo fueron las indicaciones del Consorcio de una zona de 1800 metros sin acondicionar por sendero de montaña a la salida de Luzón y además por una buena subida.














Poco antes de Maranchón entronco con la carretera N-211 que viene desde Sigüenza pasando por algunas de las localidades de la etapa de hoy. Una vez en Maranchón, yantada liviana a base de bocata jamonero, fruta y agua. Contemplo su Ayuntamiento con la torre del reloj y algunas casonas de los siglos XVII y XVIII. Descanso corto y seguir a Medinaceli . Alli la noche sería en casa de Bego...









...sigue en otra entrada.


(*) FE de Erratas: cuando escribí el Blog, en directo, confundí el río Tajuña con el río Dulce. Actualmente ya está corregido.

0 comentarios: