miércoles, 20 de julio de 2011

Burdeos - Labouheyre

Desayunamos deficientemente en el seminario y partimos con la idea de seguir hacia la costa a Biganos o incluso más al sur.



Desde el dormitorio del Seminario

La salida de Burdeos no es complicada, casi todo por carril bici. Al llegar a Gradignan nos detuvimos en su magnífico albergue y su hospitalero, muy amablemente, nos dio todo tipo de explicaciones sobre el trazado que nos íbamos a encontrar en cada parte de la ruta y si estaba balizado o no. Además nos desaconsejo de ir por la costa, por la cantidad de "guiris" e incluso recomendó seguir por el camino de Baztan.









Después de tres cuartos de hora y darle las gracias por sacarnos de algunas dudas de por donde seguir, partimos nuevamente.




El camino nos lleva por asfalto inicialmente y luego se torna un caminin bien parecido. La señalizacion mejora respecto a días anteriores usando el GPS simplemente de confirmación de la traza o incluso, cuando había discrepancia entre la señalización y las indicaciones del camino, para comprobar si nos alejabamos mucho del track.

A partir de Le Barp el camino pasa por pinares con firme arenoso haciendo a veces inciclable la traza. Menos mal que el suelo está húmedo y nos dejó rodar algo.






La guía que lleva Mambru tiene un trazado directo entre Le Muret y Pissos, mientras que la señalización discurre hacia Moustey con bastantes más kilómetros de los deseados. nosotros seguimos la señalización, dejandonos imbuir por el espíritu caminero, y la verdad es que la vuelta es tan grande que igual no interesa seguir este tramos,  con la excepción de si se quiere visitar Moustey con sus dos iglesias, una de ellas con su curioso campanario y contemplar el mojon de 1.000 km hasta Santiago.







Después de Pissos, donde tomamos un bollo de mermelada para recuperar fuerzas, el trazado se realiza por un caminin igualmente arenoso en el que vi al amigo Mambru patinando de lado a lado; "NAVARROOOO!!! Deja de hacer el bobo" le gritaba desde atrás, riéndonos un cacho por no llorar. Pero la verdad es este tramo nos castigó mucho.








Llegamos a Labouheyre con más de 105 km y encima el hospitalero no nos dio alojamiento en su Gite privada dando primero una excusa y luego otra. Nos remitió al albergue municipal que también regentaba, sin cocina y hecho un asco.

La comida que compramos en Pissos para hacer en el alojamiento no la pudimos cocinar y recurrimos a fiambres, quesos y fruta, además de acabar con la botella de Burdeos que soportamos estoicamente dentro de las alforjas desde Pissos.







Sería conveniente avisar y denunciar este tipo de prácticas por parte de los hospitaleros, aunque la verdad es que lo pasamos bien tomando la melonina acompañada por el Bordeux.


SALud

1 comentarios:

Juan M Navarro dijo...

Ignacio, ese día me salvaste la vida con el bollo ese de mermelada de frambuesa, calamandrno....te debo una