lunes, 11 de julio de 2011

Etampes - Orleans

Etapa larga de 85 km. y con escaso desnivel acumulado, tan solo 475 metros.

Hoy hemos desayunado muy bien en el presbiterio de Etampes, sobre las 7:45 para salir a 8:15.

Fuimos en busca del trazado y a lo largo del día comprobamos la extensa llanura que recorrimos hoy, con una salvedad pero de mucho menor calibre que las tachuelas de la jornada de ayer.

Parte del camino lo hicimos separados, Juan de avanzadilla o para dejarnos solos y nosotros charlando de cosas de padres e hijos.




En cuanto al trazado el firme es prácticamente asfalto en un 90%, si no es más. Se pasa al lado de unos extensos campos de cereales, concretamente trigo, así como girasoles. Nos detuvimos a descansar y tomar algo a la vera de un cementerio. Ahí se dio cuenta Agueda del olvido del bidón de agua en Etampes. De modo que tuve que compartir mi camelback parte del camino con ella.










Como el sol ya empezaba a azotar, nos embadurnamos de crema protectora, antes de arrancar nuevamente.

En esta parte de la jornada, fuimos charlando un buen rato y acordamos llegar a Tours y después decidiria ella qué hacer, tras una crisis y estar emburricada para marchar hoy mismo para Ourense.

En esto, llegamos a medio día a Artenay, donde nos esperaba Juan tomando una birrita, junto a un peregrino caminante. Y dado la hora a la que llegamos y lo temprano que cierran los supermercados, decidimos continuar, después de descansar un cachin.

Al no tener reservas suficientes, el resto de la etapa fue conservadora, yendo a un ritmo sensiblemente inferior que hasta ese momento.





Tranquilamente proseguimos el camino, y, cuando íbamos en paralelo, al ver que ella iba con un desarrollo demasiado fuerte, le indique que fuera algo más suave. Aceleró y tiró más fuerte todavía, y al comentar el detalle de su posible enfado, respondió "acelero porque viene un coche". Efectivamente ninguno de los dos se percato del coche que venía de frente. Y nosotros pensando mal.

Pasamos en este último tramo por un tremendo bosque, bien precioso y frondoso que nos hacia pelear por la fresca, hasta casi llegar a Orleans, para rematar con una zona de carretera con tráfico denso nos llevó al centro de Orleans, ciudad toda en obras, entiendo, para seguir aumentando su transporte público tranviario.

Cansados nos alojamos en el Hotel Paris, tras una gestión de la Oficina de Turismo, al lado de su magnífica catedral gótica con unos campanarios rematados en círculo.

Juan, raudo en su alojamiento se fue a visitar la catedral y el antiguo Ayuntamiento (Hotel de la Ville, en francés), yo me quedé con mi prole para descansar un rato.











Después nos veriamos delante de la catedral para callejar un rato por el barrio antiguo, sentarnos en una terracilla, tomar una birra y descansar placidamente mientras contemplamos un grupo tocando canciones populares francesas con un organillo, a la vez que amigos suyos bailaban en medio de la calle.





Nos retiramos a cenar y ya estamos dispuestos a dormir después de una jornada intensa por el calor y la longitud de la misma.

Este calor va haciendo mella en las carnes y nos va afectando a la zona de nuestro cuerpo con el sillin. Nos vamos levantando, de vez en cuando al pedalear, para refrigerar la zona. Habrá que poner algún remedio.

Conclusión: demasiado asfalto para mi gusto, aunque para Agueda sea mejor. Comentando con Juan, también apunta de lo "light" del camino con excesivo asfalto, incluso sugiere prolongar la etapa de mañana, de tan solo 65 km. Si hemos llegado a Orleans a las 4 y media, mañana podríamos acabar a media mañana.

En otro tercio, ella pasó de la desesperación del primer día a darse cuenta de su buena resistencia, no de su forma, que no realizó lo sugerido como preparación. Si bien, este esfuerzo está siendo a costa de un mayor consumo muscular. "Esta parte no la siento", dice mientras se frota el cuadriceps. No sabe ella que dentro de dos días se le pasará, teniendo más fuerza y ánimo. Momentos de crisis, que supera después de una charla con negociación.

SALud desde Orleans, ciudad liberada por Juana de Arco.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Águeda no sabes la envidia que me das....
Animo, que tú siempre has sido fuerte,y la soledad y el esfuerzo que esos caminos infinitos te exigen, no van a poder contigo.
De todas formas,lleges donde lleges, el haber tenido la valentia de intertarlo y conseguir esas etapas ya es un exito.

Os deseo un buen camino a los tres.

Sagrario