domingo, 10 de julio de 2011

Llegar a Paris

Salimos de Ourense sobre las 13:00 en el autobús escolar que tenía que llevar a mi otra hija a Irlanda, salíamos desde el mismo aeropuerto con media hora de diferencia.

Llegamos pronto a Lavacolla, el aeropuerto de Santiago de Compostela, y, mientras el grupo de escolares facturaba sus equipajes, Agueda y yo dimos cuenta de parte de nuestras viandas.

"Air Lingus con destino a Irlanda por la puerta 9" anuncia una voz femenina por los altavoces. Veo pasar a mi hija con su grupo hacia el embarque y salimos corriendo para despedirnos de ella.





En las pantallas se puede leer "Delayed" a la altura de nuestro vuelo. A esperar toca. A las 16:45, hora prevista de salida, entramos en el área restringida para esperar allí.

Nuestro vuelo sale por la Puerta 5, pero antes debe llegar otro vuelo, salir el de Palma de Mallorca, y llegar el de Vueling que viene de no se donde. Toda una odisea.


Éste no es nuestro vuelo


Total que no salimos hasta una hora y media más tarde. Tomamos altura y el reloj marcaba falsamente los 2.650 metros. Cosas del engaño de la presurizacion. Una hora y media más tarde aterrizar en el gigante aeropuerto Charles De Gaulle.

Fácilmente seguimos las indicaciones para tomar el Train RER, una pregunta en información de donde comprar los billetes y así lo hicimos. De momento, muy fácil con mi nivel "experto" de inglés. Agueda estaba sorprendida.

Después de 40 minutos bajamos en la estación de Los Jardines de Luxemburgo y mientras veíamos al pasar el Panteón y la Sorbona, llegamos al hotel.




Nos acomodados, envio un mensaje a casa y otro a Juan. Pregunto en recepción por las bicis y no saben nada. Cagoenlapera!!!!!! Ya empezamos. Grrrr.

Me indica que busque en un cuarto donde tienen caja y allí no hay nada que se parezca a las bicis. "Aaaahhhh" exclama el recepcionista mientras se va al patio. Y allí estaban. Menos mal.

Manos a la obra y a montarlas en un periquete. En medio de la faena llega Juan y entre charla y charla, reparamos el montaje. Están en perfecto estado, si bien la mía pinza ligeramente el freno delantero. Si es preciso se ajustará mañana en plena ruta. La rueda trasera de Agueda parece haber sellado de un pequeño poro.

Nos ponemos a charlar con el recepcionista que también hizo el Camino de Santiago y mi nivel de inglés ya quedó en entredicho. Sí es que soy un notas.

Salimos a garbear un rato por el barrio Latino y tiene muy buen ambiente. Recordaba lugares por donde estuviera años atrás en 2003.

Entramos en un restaurante a cenar pasta y curiosamente Juan que se las conoce todas, y tiene mucho mundo, pidió de bebida una botella de agua del grifo. Animosamente estuvimos de charleta y compruebo como al amigo Juan se le nota mucho su afinidad a la Galia. Por cierto, gran dominador de los idiomas.

Quedamos para el día siguiente un poco tarde, a lado 8 que estamos un poquitín cansados todos.

SALud

1 comentarios:

Anónimo dijo...

PRIMAAAAAAAAaaaaaaa!!!!!!! Titooooooo!!!!!! Animo chicos que ya os queda menos y mirando el mapa parece que es todo cuesta abajo je je...