domingo, 17 de julio de 2011

Saint Jean d Angely - Pons

Nos despertamos más tarde disfrutando del estupendo albergue. Al levantarnos un sol radiante asomaba por la ventana. Nos preparamos y dispusimos todo para desayunar en la placita con la fuente medieval con las viandas que compramos el día anterior.





Justo al salir, una tromba de agua. ¿Donde está el sol de la mañana? Regresamos a la habitación a desayunar. El queso cremoso que había comprado hacía dos días y que iba por la mitad fue a parar al fondo de la basura con inquilinos dentro. El calor y la falta de refrigeración provocaron una okupacion.

Salimos definitivamente y la traza sigue siendo maravillosa, caminos terreros, sendas y alguna piedra que otra. Lo único malo fueron las lluvias intermitentes con mayor o menor agua que dejaron los caminos muy pesados para rodar. Incluso pasamos por una arboleda donde en tres puntos hicimos empujing y arrastring, siendo casi imposible avanzar por lo resbaladizo del terreno. De hecho no podía subir la bici ni yo mismo, que resbale como un zoqueton una y otra vez. Me puse perdido de barro. Además de todo esto, el viento, muchas veces de cara, nos castigo fuertemente.














A los 35 km llegamos a Saintes después de un duro esfuerzo, yendo hacia un mercado al aire libre. No es el clásico mercado de ropa, allí la mayoría de los puestos eran de alimentación, pollos asado, pescados, carnes, frutas, hortalizas,... el gran Mambru se tomó una docena de ostras, o dos, porque le dejé comiéndose y parece ser que pidió otra ración más. ¿le sobraria medio limón al muy bribon?





Compré algo de fruta, salchichón, chorizo, tomate, mango y un pimie nto rojo. Juan, además de losuyo iba a comprar un pollo asado pero ya se había acabado. Esta gente recoge muy rápido.

Yantamos al lado del río y la verdad que bueno estaba el mango. Un matrimonio mayor se ubicó en el banco de al lado también para yantar. Las nubes se cernian nuevamente sobre nosotros. Mientras Juan charlaba con la pareja, un chico catalán también se acercó para charlar. Asistirá a un curso de francés y luego bajara en bici por la Voie Littoral. La lluvia cayó sobre nuestras cabezas y fuimos a la oficina de Turismo. Y acto seguido visitamos un pequeño museo romano.








Ya casi no llovía y nos dirigimos hacia el Capitolio y la iglesia de St. Eutronio, visitando la iglesia y su gigante cristal. Acto segundo visitamos el teatro romano y ya bajamos buscando la senda del Camino hacia Burdeos.











Se inicia por carretera y luego ya prosigue por camino de tierra unas veces y de hierba otras castigado enormemente nuestras piernas. Además el viento nos castigo por la mañana, por la tarde nos martirizo. Pasamos al lado de una base militar aérea.

Una vez llegados a Pons, donde nos había reservado la empleada de la oficina de turismo del día anterior, dimos dos o tres vueltas al pueblo como haciendo series buscando la oficina de turismo. Una vez encontrada, cerrada, un cartel indica que debemos dirigirnos a la Torre Medieval en la parte alta del pueblo donde ya estuvimos dos veces. Nuevamente arriba, el empleado nos da la clave de entrada al albergue y nos ofrece visitar el Donjon (la torre) gratuita para los peregrinos, cosa que accedemos.













El albergue está situado a la salida de la villa, al lado del Hospital de Peregrinos que también visitamos. Una vez en el albergue, nos aseamos, hice la colada y llegaron tres chicas afroamericanas que vimos hacía dos horas en el camino y que habían empezado el camino en Saintes.





Cenamos en lo alto del pueblo, al lado del Donjon, que accedemos por las escaleras de ascenso. Era la cuarta vez que subiamos y la segunda vez que ascendimos por escaleras, una ésta y otra a lo alto de la torre.











SALud

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