domingo, 11 de diciembre de 2011

Guadarrama en Trance

LA GESTION

El día 9 de diciembre, laborable, tenía que desplazarme a La Bañeza a gestionar unos asuntos burocráticos. El resto de la familia no tenía el día libre, así que mi desplazamiento en solitario tenía que rentabilizarlo.

Consulté a unos amigos sobre posibles rutas: El Castañar de El Tiemblo, su mejor época es octubre-noviembre, además nosotros tenemos muchas zonas con grandes castaños y robles y caminos alfombrados de sus hojas; las Hoces del Duratón, parece que hay que pedir permiso en algunos tramos; Arribes del Duero, me queda mejor para el regreso a casa, pero supondría hacerlo en solitario; Sierra del Guadarrama, a su vez con varias posibilidades.

Según se acercaba el fin de semana, y con la fecha del día 10 como definitiva, la opción de la Sierra del Guadarrama iba tomando protagonismo. El mítico Camino Schmid sería la base sobre la que giraría la ruta y despues elegir zonas ruteables: el Calvario, el Camino Viejo, descenso del Gallo, los senderos de Becerril, Las Dehesas, Senda del Arcipreste,... Todo un conglomerado de zonas imposibles de no rodar pero que no encajaban todas juntas en una misma ruta sin hacer 90 km. y con desniveles acumulados imposibles.


LA RUTA

Así tomando varias referencias de Wikiloc con sus comentarios (usuarios Mygor y Alakan), así como las observaciones de mis amigos y compañeros de ruta, el trazado lo cerré pocos días antes de mi partida hacia La Meseta hispana.

Trazado llevadero bien ciclable y con algo de mordiente según tramos, siempre con la premisa de la Senda Schmid, senda que si bien antes era muy trialera/endudera, ha sido tuneada por la Junta de CyL dando accesibilidad a todo el mundo, así todos podemos disfrutar de ella.

No entro a valorar si se ha mutilado un sendero mítico, ni si ahora es mejor, y mucho menos si la Junta ha hecho bien o no con el tuneo, solo indicar que ahora más personas pueden disfrutar del Schmid.


       




EL DESARROLLO

A las 8:50h. del sábado, tres Giant Trance amigas se reunieron para desplazarse a Cercedilla (1.200m), punto de salida de la ruta. La previsión de inicio a las 9:00h se cumplió con puntualidad británica, incluso con dos minutos de antelación.

Lo primero sería subir un Calvario, la parte que más me preocupaba por su verticalidad, había que llegar al Puerto de Navacerrada con sus 1.860 m. en 9 km.


El ascenso se realiza por un tramo de la GR10 que dejamos al poco, cuando de frente cruzamos una cancela cara al norte, mientras que la GR10 sigue a la derecha, al sur. Estamos al lado del embalse del rio Navalmedio.





Ahora la ascesión va rio arriba acentuandose y en su primer tramo tiene un firme más divertido hasta que enlazamos con la pista forestal de La Vaqueriza.

En esta pista en plato del medio y jugando con el piñón 34-30 y el propedal metido, se sube sin dificultad. Despues de una "zeta", más arriba empieza un tramo con algo más de mordiente con piedra suelta y sin grandes dificultades técnicas. Solo fuerza de pedal y tener engranado el platín y jugar con los piñones 30-28, incluso con alguno más pequeño y la suspensión suelta para mayor disfrute.

De vez en cuando bajo y subo para ver como van las otras dos Trance, y van subiendo, a su manera, pero suben divirtiendose con el sufrimiento del Calvario. Puro támite, porque la pendiente mengua y ya se divisan las primeras casas del Puerto de Navacerrada. Estamos dentro de mi planning, antes de las 10:30h arriba.

Nos detenemos un poco a respirar y alguno a comer, mientras me revientan la cabeza: "¿cómo, viniendo desde Orense, no vas a subir a la Bola del Mundo?!!!! si está a tan sólo 3 km y por pista cementada. Por lo menos una vez en esta vida hay que subir. Se ve todo Madrid desde arriba".

Me lo pienso... La Bola del Mundo... Fue fin de etapa de la Vuelta Ciclista a España en 2010 y mis recuerdos de esa llegada era ver a los ciclistas sufriendo hasta las entrañas. Adjetivos y expresiones como "increíble", "coloso" y "el nuevo infierno" calificaban por aquel entonces a esta montaña de la Sierra del Guadarrama.

Mientas escuchaba a mis compañeros, no dejaba de mirar hacia arriba. "¿Hay que subir hasta allí?", preguntaba mientras oteaba el alto de la montaña, donde llegaba el telesilla que partía del Puerto de Navacerrada. "Nooo, esa es la Estación Invernal, la Bola del Mundo aun está más arriba", respondían.




Lo que más me preocupaba no era subir en sí, sino más bien, que me minase las fuerzas para el resto de la ruta, ya que de los 42km. previstos tan solo llevabamos 10km. y faltaban aun las más técnicas. Animado por mis amigos, decidí subir a La Bola del Mundo, o como en realidad se llama: Alto de Guarramillas (2.258m.)

Proseguimos y subimos un tramo pequeño por carretera, jalonada por las casas del Puerto hasta la desviación hacia el Coloso. A esas horas, el puerto ya comenzaba a ser un hervidero de gente dispuesta a realizar todo tipo de actividades. Observo que, de un coche recién aparcado, salen dos bikers y preparan sus monturas dirigiéndose a la Bola.

Yo detrás de ellos montado en mi Trance, mientras ellos empujan ya desde la primera rampa. Las otras dos Trance quedan abajo esperándome, su condición física no es la optima para subir. Adelanto a los bikers anónimos, los saludo y sigo pedaleando. Miro hacia arriba con el sonido del telesilla al pasar.

Pulsaciones controladas, plato pequeño y alterno piñones 34-30, el sistema maestro va en propedal. La pista va girando a la izquierda pasando por debajo del telesilla mientras la pendiente aumenta. Primer codo a la izquierda (1.958m) y con las pulsaciones controladas, 155-165. Vuelvo a pasar por debajo del telesilla. Segundo codo, esta vez a la derecha volviendo a pasar por debajo del telesilla por última vez. Las pulsaciones cuando suben, las controlo volviendolas a bajar. De momento todo perfecto.

Los dos bikers anónimos suben a tramos encima de la bici y a tramos andando. De momento aun no toqué el suelo. Saludo al pasar a los caminantes, algunos incluso exclaman sabiendo la dureza de las rampas. Mientras voy ascendiendo me fijo en el paisaje, acordando conmigo mismo de hacer las fotos al bajar. También, observo los caminos que discurren por la falda de la montaña por si hay alguna alternativa al descenso por cemento.

Al llegar a una doble curva, izquierda-derecha, llego a la mitad de la subida. La altitud marca 2.100m., aun quedan 160 metros más por ascender. La pendiente aumenta en el desarrollo de las curvas. Al poco, una bifurcación que lleva al mismo punto, de frente parece que la subida es más llevadera que la de la izquierda. Le pregunto a un caminante con su nieto y me informa que no es de la zona y que cree que es mejor el de la izquierda. Y por darme ánimos, sigo su consejo sabiendo que muy posiblemente su opción sea peor.

Efectivamente, la pendiente se endurece todavía más. Al sur, allá abajo, se otea la Garganta del Infierno y la montaña de La Maliciosa. A la izquierda rebasamos las instalaciones de la Estación Invernal y estoy a 2.186m. Al nordeste se divisan las antenas de La Bola. Sólo me queda 75 metros por ascender. Otra zeta más donde hay un falso llano que permite bajar las pulsaciones y hasta poner el plato del medio, pero por poco tiempo, ya que afronto el último repecho directo a la cima, justo a entrada de las instalaciones de las antenas de TV. Las montañas a esta altitud están nevadas y ya casi estaba frotándome las manos de poder hacer mis pinitos sobre el manto blanco, como en otras rutas realizadas, pero la congelación de la nieve y la precaución hizo que desistiera de tal satisfacción.









Llego por fin, me detengo, hago unas fotos, observo el esplendido paisaje, a pesar de la niebla que me impide ver al 100% la vertiente sur.

Los bikers anónimos llegan más tarde empujando y, sin llegar arriba, se dirigen a la izquierda, posiblemente a realizar algún descenso.

Esto es un hervidero de gente practicando la montaña: además de los bikers, senderistas, sky de travesía,...











Decido retornar junto las otras dos Trance a las 11:37h., deteniéndome de vez en cuando para hacer fotos. En el Ventisquero de la Estrada, me detuve a contemplar el paisaje y otear la senda por donde subía un caminante y comprobar si enlazaba con la GR17. Aun así, seguí descendiendo por la pista cementada, hasta encontrar a los compañeros de ruta.










Retornado al Puerto de Navacerrada, nos dirigimos hacia la Senda Schmid,que parte al lado de la Residencia Los Cogorros. La Senda, relativamente llana, con un sube-baja constante cumplió con la expectativas. Muy bien acondicionada, con lascas de piedra que la atraviesan dejando pasar a las bicis que deben sortearlas despacio. Tiene algún tramo más o menos complicado pero no en demasía. Es para todos los públicos, para unos con más mordiente y para otros con menos. El camino oficial gira a la izquierda, pasando por la fuente de Antón Ruiz hasta morir en la calzada romana. Nosotros ya seguimos de frente rodeando el Cerro Ventoso hasta llegar al Puerto de la Fuenfría. Las fuerzas, después del sobre-esfuerzo de La Bola, las tengo mermadas.














En Fuenfría, las opciones pueden ser varias, un descenso por la GR10 catalogado por algún biker como antológico; otra opción es bajar por la calzada romana, desestimada por estar muy rota. La idea es hacer una ruta ciclable para todos, así continuamos de frente por la Vereda del Infante, por pista fácil que nos dejará en el cruce para tomar la GR10 en su cresteo hacia el Alto de los Leones por Peña el Aguila, Peñota y Peña del Arcipreste de Hita. Senda que me pareció muy interesante y dura, pero al no encontrar referencias en internet y meno realizada por biker, desestimé también este trazado.



Así, pasado este cruce y despues de hacer un descenso en solitario divertido y algo sucio por un single-track continuamos los tres juntos por una pista rápida en bajada por la falda de la montaña. Al llegar a los 1.375 metros de altitud, pasamos una verja para iniciar la Senda del Arcipreste, abandonando la pista principal.

Un sendero en ascenso por la falda oeste del Cerro Matalafuente hacia el Collado del Arcipreste de Hita, donde muy cerca de su cima está el Monumento a Juan Ruiz, autor del Libro del Buen Amor. La traza es estrecha con firme desigual, a veces senda con hierba, otra veces piedras y tierra compactada. Toda ella es divertida dándonos tregua según ascendíamos, así a golpe de pedal en las zonas técnicas para dejarnos descansar otros tramos para afrontar la siguiente zona técnica.

Disfruté como un bellaco de toda la subida, iniciando cada tramo técnico despacín buscando la mejor trazada para su resolución. Platillo y engranado los piñones 30 o 28 según la dureza puntual y con toda la suspensión metida para una mayor tracción de la rueda trasera. La Trance cumplió su cometido y se ganó su sustento a base de los mejores lubricantes y componentes.






Una vez arriba, recuperados los 1.500 metros de altitud, me despisté de la visita al monumento, y seguimos por una pista en descenso rápido, llamado Camino de los Lomitos y que vuelve a tornarse en ascenso. Las fuerzas están mermadas pero continuamos, a la vez que contemplamos un mar de niebla más abajo.







Seguidamente descendemos por el Camino de la Solana hacia la parte baja de Cercedilla, para llegar a los coches en ascenso por las calles del pueblo.

¿El resto?, una comida con los amigos en el mismo Cercedilla y después retorno a casa, me esperan 500km. de coche.


SALud y hasta otra. Gracias amigos.