domingo, 18 de marzo de 2012

El Camino Frances - Parte I - Navarra y La Rioja

Primera parte encima de la bici del relato sobre mi primera travesía, viaje por etapas, encima de una bicicleta de montaña (BTT - MTB), realizada en agosto de 2006 y corresponde a la traza en las Comunidades Autónomas de Navarra y La Rioja.





06/08/2006 Etapa 1: Roncesvalles - Puente La Reina 73km.

Después de una noche con el sueño alterado por los nervios de esta aventura, nos levantamos temprano dispuestos a iniciar tras de un buen desayuno. Hicimos las primeras fotos de la jornada, y como no, en el cartel de Roncesvalles.


El sendero sinuoso en bajada por un bosque bien majo alterna con zonas de saltos y piedras, que hacen las delicias de mi interior biker. No tanto para el resto de componentes, algo más inexpertos en estas lides, especialmente Antonio, al que se le atragantó tanta raiz y piedra juntas, decidiendo en ese momento alternar camino con asfalto, su medio natural.

La etapa es realmente dura, con tres puertos de montaña con suelo irregular y trialeras, cometiendo el mismo error que Ricardo, exceso de kilometraje para ser la primera etapa.


Se tenía que subir el puerto de Mezquiriz y el Erro, con firme irregular aunque escasas veces tuve que poner el pie en el suelo por su dureza, ya que intentaba por todos los medios subir encima de la bici. Si hubiese ido con alforjas seguro que ponía más de una vez el pie a tierra, si bien la mayoría de las veces que me detenía y de forma frecuente era para esperar a los compañeros. Coincidí con una grupo numeroso de bikers que igualmente estaban haciendo el Camino de Santiago con furgoneta de apoyo, de forma que en mis pausas frecuentes me iban adelantando y cuando yo volvía a la carga, una vez re-encontrado con mis compañeros, volvía a pasar a los aguerridos bikers. "Ya estás aquí otra vez?", me decían.



Tanto la bajada Mezquiriz como la del Alto de Erro, las recuerdo como unas sendas con mucho de trialera, tramos difíciles para ir con alforjas, pero muy divertidas desde el punto de vista deportivo. En el alto del Erro está el monumento "los Pasos de Roldán", una gran piedra que simboliza el tamaño del paso de este épico personaje. No debía ser muy grande, porque pasé sin verlo -ya se sabe que en la época medieval, la estatura media era muy pequeña, jeje-.







Los pueblos por los que se pasa tienen la arquitectura típica y popular de la zona por la que rodamos, con casas blasonadas, así como numerosos puente medievales que me alegran el día (Zubiri, Zabaldika, Pamplona, Puente La Reina). Notar que entre Burguete y Espinal perdimos la senda peregrinal que recuperamos en este ultimo pueblo.






Al llegar a Pamplona no pasamos por el centro-centro, desviándonos un poco de la ruta. Después viene  Cizur Menor, sellando en su albergue que está en el interior de una iglesia románica, y Cizur Mayor para afrontar el ultimo puerto de la jornada, el Alto del Perdón, una de las tachuelas más importantes de toda la travesía. Sus duras rampas con suelo empedrado hizo purgar mis anteriores excesos, teniendo que empujar una buena parte de la subida. Incluso para los caminantes era dura que la ascendían con resoplidos, bajo un calor tórrido.









Una vez arriba nos encontramos con su fuente y con las esculturas metálicas de peregrinos que tantas veces hemos visto en fotos. Nosotros hicimos las nuestras y comenzamos la bajada complicada en medio de cantos. Muy peligrosa, es muy fácil caerse.







Una vez abajo, rodamos fácilmente hasta Óbanos, ultimo pueblo antes del fin de etapa previsto, y que es punto de conexión con el Camino Aragonés, el que viene desde Somport y Jaca. Si retrocedemos un poco por este Camino Aragonés, a 2-3 kms. nos encontramos con la curiosa Iglesia de Santa Maria de Eunate, de corte templario, muy interesante su visita, si bien nosotros no lo hicimos.




El final de etapa está un poco más allá, Puente La Reina. El nombre de la villa viene dado por su colosal puente románico de siete arcos de medio punto sobre el río Arga, que, al parecer, fue ordenado construir en el s.XI por la reina para facilitar el paso de los peregrinos en su camino hacia Santiago. Cuenta además con una curiosa puerta fortificada del lado de la villa.


Distancia: 73 km. (73 km)





07/08/2006 Etapa 2: Puente La Reina - Viana 67 km.









Atravesamos el puente sobre el Arga y enseguida se sube por una buena pendiente hasta Mañeru, para continuar hacia Cirauqui por calzada medieval. Pasada esta villa, es necesario bajar unos escalones de un antiguo puente derruido y sin alforjas me parece complicado, con ellas no me lo quiero ni imaginar.







Seguimos rodando hacia Lorca donde descansamos a la vera de su magnífica fuente a refrescarnos y tomar aliento antes de partir cara a Estella.






Rodamos y nos encontramos con varias columnas gigantescas de peregrinos italianos, que gritaban "bichi, bichi!", para indicar que fueran dejando un hueco para pasar nosotros.

Demasiados peregrinos, cientos diría yo: ¿fervor religioso? o, quizás, ¿dar gracias por ganar su cuarto mundial de fútbol cuando nadie apostaba por su selección nacional?






Una vez pasado Estella y por camino fácil, nos detenemos en el monasterio benedictino de Irache -hoy una bodega vinícola-, para ver su famosa fuente del vino y beber de su curioso caldo. Si bien por el calor que hacía no era la bebida idónea para refrescarnos, tuvimos la mala suerte de la sequía del líquido rubí por su caño. Qué le vamos a hacer!!! No se pudo probar: es el destino.




Pasado Irache, cruzamos un túnel a la izquierda bajo la carretera para dirigirnos al puerto de Luquín. algo fallaba, la subida no coincidía con el perfil que tenía en mis notas, así como los comentarios de Ricardo, si bien también por allí había flechas amarillas, con menor frecuencia, pero haberlas, "haylas".




La subida se torna fuerte y entre la pendiente y el calor, algunos se quitan parte dela ropa. Una vez arriba descendimos a la villa de Luquín, donde nos refrescamos en su fuente. Según seguíamos bajando hacia el valle, comprobamos que por él se veía peregrinos caminar.






Estaba claro que nos habíamos desviado de la traza caminera. Ahora bien, ¿cual era la buena?. Teniendo en cuenta que la otra va por la vega, parece más correcta. Aún así, aún tengo dudas de por donde sigue.



Llaneamos hacia una pared formada por dos lomas separadas por el cauce del río Cardiel, paso natural hacia Los Arcos. Buena bajada en el paso que nos lleva directamente a Los Arcos, donde nos esperaba Alfonso para comer.




Retomada la senda, llegamos a Sansol y tras cruzar el puente sobre el río Linares, debemos subir en escasos 300 metros un desnivel importante donde se encuentra en una atalaya natural, el pueblo de Torres del Río, en el que visitamos su iglesia del Santo Sepulcro del S.XII y de planta octogonal, iglesia templaria que por su ubicación parece estratégica para la defensa del Camino de Santiago por sus monjes caballeros. Cuenta con una "linterna de los muertos", edificación en forma de torre hueca que servía para indicar de lejos cementerios y edificios religiosos; en este caso, adherido a la iglesia, con una escalera de caracol y que servía de faro-guía a los peregrinos en su andar a Santiago.



Visitada la Iglesia, continuamos y tras varios repechos de lomas y bajadas más o menos fuertes llegamos a Viana, villa en la que pernoctaríamos. Antes de una buena, visitamos la iglesia de Santa Maria ss. XIV-XVI, de estilo renacentista. Tras una buena cena y una cervecíca nos retiramos a descansar que mañana toca más.

Distancia: 66 km. (139 km)










08/08/2006 Etapa 3: Viana - Santo Domingo de la Calzada.


Al salir de Viana se pasa por una zona industrial ya cerca de Logroño en un tramo en bajada. Casi a las puertas de Logroño nos encontramos con el puesto de Dña. Felisa, actualmente fallecida y regentado por su hija Isabel, donde ofrecía higos, agua y amor a los todos los peregrinos que por allí pasaban. Nosotros nos detuvimos y estampamos el emblemático sello en nuestras credenciales.






Ya en Logroño, no me acuerdo bien si nos tomamos un riojilla o no, pero la intención seguro que era esa. Lo que si es seguro que entramos cruzando el Ebro por su Puente de Piedra, de origen romano y sellamos en su catedral. La salida de la capital riojana se hace por el Parque de la Grajera, un agradable paseo bajo la sombra de un enorme pinar. Allí nos reencontramos con Alfonso, deteniéndonos a charlar un poco y a descansar.




Retornamos a la traza y antes de salir del parque nos encontramos con el puesto de Marcelino Lobato, el peregrino pasante, ofreciendo fruta fresca, galletas y un recuerdo para los peregrinos -una avellana pintada por él mismo-, sin donativo alguno a cambio, salvo canje de productos, por lo que puedes dejar allí parte de tus pertenencias alimenticias. Después de hacernos unas fotos con Marcelino, continuamos nuestro viaje que nos lleva hacia Navarrete.




La traza sale definitivamente del parque y nos dirige hacia el Alto de la Grajera por una buena cuesta, donde  Javier rompió la cadena. La reparé eliminando los eslabones deteriorados y continuamos tomando la altitud a la que está Navarrete. Justo antes de la villa, pasamos por las ruinas del antiguo hospital de peregrinos San Juan de Acre, impresionante. Hacemos unas fotos y como había algo de hambre y allí estaba plantado un peral bien majo, me encaramé a él y me dispuse a recolectar.Ya en Navarrete visitamos su iglesia de la Asunción.












Proseguimos y la cadena y cambios de Javier siguen dando la lata. Pasado Ventosa y a la altura del Alto de San Antón, la senda se torna una subida importante flanqueada por cientos de las típicas formaciones de piedras apiladas y realizadas por muchos peregrinos que han pasado por estos caminos, los mojones peregrinos.




El camino nos lleva a Nájera, otra joya del camino, a la que llegamos sobre las dos y media, justo para comer con Alfonso unas viandas sentados en la hierba al pie del Monasterio de Santa María la Real.

Tras el frugal yantar y un mayor descanso, llevamos la bici de Javier a un mecánico aficionado de bicis, Severino, que la dejó perfecta. Despues de dar las gracias a este personaje, hicimos un alto en el Camino: Instalamos las bicis en los portas-bicis, nos subimos al coche y pusimos rumbo al sur, con destino San Millán de la Cogolla para visitar los monasterios de Yuso y de Suso, donde pasó San Millán parte de su vida como ermitaño.



Patrimonio de la Humanidad, los monasterios de Yuso (s.XI) y el de Suso (s.VI-XI), son una auténtica joya no solo arquitectónica, sino histórica y lingüística, ya que en San Millán están los primeros textos en lengua castellana: las Glosas Emilianenses. Mil años atrás, todos los libros estaban escritos en latín, y un monje de San Millán para entender mejor la gramática y significado de un códice en latín, escribió unas notas en el habla del pueblo, lo que se llamaría después el castellano. Anotaciones escritas de forma consciente.


                                  Fuente de la fotografía: Blog Campus Stellae. Los Caminos a Santiago




Despues de visitar el gran monasterio de Yuso, donde también vimos la Biblioteca de Incunables y las lápidas de los siete infantes de Lara, volvimos a montar en el coche y subimos al pequeño, pero muy cuco, monasterio de Suso, lugar de retiro de San Millán como eremita. Éste no lo pudimos visitar interiormente ya que solo se podía acceder contratando la visita abajo y subiendo en autobús con el resto de turistas. Este hecho, de hacerlo así, nos retrasaría mucho para continuar nuestro viaje.







Retornamos a la traza caminera en Azofra, lugar donde nos dejó Alfonso, a la altura de su Picota, sobre seis kilómetros más allá de Nájera. Pedaleamos con calor subiendo un puerto hacia Cirueña, ya con el sol casi poniéndose. Nos dimos prisa que estamos cansados y con ganas de llegar.

Santo Domingo está dispuesta para unas fiestas populares, aunque no las patronales, y nosotros al llegar nos alojamos, nos duchamos y rápidamente nos fuimos a la plaza del pueblo, cerrada al público a tenor de una representación teatral privada para la prensa. Alfonso, periodista de profesión, al enterarse de tal evento, se dió a conocer y gestionó nuestro pase como espectadores anónimos a un lado de las butacas y sin hacer ruido.

La representación fue magnífica y sorprendente cuyo gran un mérito fue ser representada por los propios paisanos calceatenses, con muy buena puesta en escena. La obra representaba la vida y milagros de Santo Domingo haciendo hincapié a su milagro más famoso, el de la gallina.



Este milagro trata de una humilde familia de peregrinos alemanes, que al pasar por La Calzada, se alojaron en un mesón donde la moza de casa, de buen ver, se le insinúa al hijo. Éste, como buen peregrino, rechaza los avances de la moza, y ésta humillada y despechada y, a la vez, rencorosa, esconde un vaso de plata en su hatillo.

Al parir hacia Santiago, denuncia el supuesto robo a las autoridades que apresan y lo ajustician con la horca. Los padres, apesadumbrados, siguen su camino a Santiago y de regreso a su país, al pasar nuevamente por La Calzada, comprueban que su hijo seguía vivo colgado de la horca, milagrosamente sostenido y protegido por Santo Domingo.

Raudos fueron corriendo al corregidor de la villa, indicando lo sucedido, y éste que en ese momento estaba sentado a punto de comer un pollo, les replicó con ironía: "Esta historia es tan verdadera como que este gallo y esta gallina van a levantarse del plato y cantar." Así lo hicieron las aves y se pusieron a cantar ante el asombro de todos.

Desde ese momento y en conmemoración del milagro, en la catedral de Santo Domingo hay un gallinero, hoy de rejas doradas, que alojan un gallo y una gallina blancos, de tamaño bien majo, y que según cuenta la leyenda son descendientes de aquella pareja de aves que cantaron después de asadas.

Según otras versiones, los padres se encontraron al muchacho vivo, después de la ejecución cuando volvieron a reemprender el camino hacia Santiago y no cuando regresaban de Santiago.

El dicho más común y conocido de esta villa sigue siendo "Santo Domingo de La Calzada, donde cantó la gallina después de asada".

Pero, quién era Domingo? En realidad era una persona polifacética y muy emprendedora y, muy posiblemente, con gran carisma, ya que además de ser "enfermero, médico, cocinero, albañil y arquitecto, liberador de esclavos o santo milagrero", fue uno de esos grandes hombres que fueron repobladores, roturadores de tierras, fundadores de ciudades que tan importante papel jugaron en los siglos XI-XII.

Tras la representación ya bien cansados, pero satisfechos de la intensa jornada de hoy, tanto cultural como bicicletera, fuimos a comer algo frugal a base de bocadillos y sandwiches, toda vez que dada lo hora que era, no procedía la búsqueda inútil de un restaurante. La verdad es que a las dos menos cuarto de la madrugada aun estabamos sentado en la terracilla del bar.

Distancia: 65 km. (204 km)
Tiempo movimiento: 4:42:14
Velocidad media: 13,78 km/h
Velocidad máxima: 45,94 km/h




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