lunes, 2 de julio de 2012

Bicinenazas en Serra San Mamede

El bono estaba conseguido, la ruta prevista no estaba clara, la alternativa si fallaba la principal estaba perfectamente definida.

Al final se cerró la convocatoria: sábado 30 a las 9:00 - 9:15 en Montederramo. No tenía claro si acudir con la bicicleta o ir en plan andaina. Como andarín estaría solo: 24 km por la Ruta do Bidueiral. La previsión climatología no era una maravilla, a primera y última hora de la mañana daban lluvias, en medio solcete.

Decidido: después de estar sin rodar casi 3 semanas y estar mejor de mi dolor de muela, llevaría la bici. Sábado por la mañana: preparo el equipaje, desayuno acompañado con poquito de horchata de chufa y monto la bici en el coche. Arranco y a las 9:10 estaba en Montederramo. Solo hay un coche con bicis colgadas completamente mojado por el orballo. Antes de salir del coche a mojarme un poco, realizo una llamada telefónica. El grupo de Vigo está en el Alto del Rodicio, sobre 10-15 minutos les quedan para llegar.

Servando, que está en el mesón esperando, después de saludarlo, me informa que el grupo de Ourense acababa de salir de la capital. Bueno, como llueve no es problema esperar. Un café, unas magdalenas y charlar con los amigos mientras van llegando los otros. Los de Vigo y al final los de Ourense. Ya estamos todos, además la lluvia parece remitir.

Foto cortesía Bicinenazas


Arrancamos a las 10:00, nos pusimos los cortavientos por la baja sensación térmica, por carreterilla hacia Vilouxe, donde dejamos el asfalto cara a Fontedoso. Se gira a la izquierda para pasar el Regato de Groil y el Regato de Val de Covas. Este tramo lo desconocía hasta el Campo do Casar, donde ya ascendemos por zona conocida por mi. El ascenso es progresivo entrando en calor enseguida y, aprovechando que alguien en casa me "levantó" las baterías de la cámara de fotos, me detengo para solucionar el problema con pilas de repuesto y quitarme el cortavientos para quedarme de corto. El sol está queriéndonos acompañar por momentos. Espero por los dos Javier, noveles en la convocatoria de los Nenazas, si bien son viejos amigos de andanzas con la bici, hace ya seis años de eso.









A pocos cientos de metros está esperando tambien el grueso del grupo. En cuanto a mis dudas sobre mi falta de ejercicio, con casi tres semanas sin rodar. Me encuentro bien y sin síntomas del dolor de muela. Subo alternando la charla con Nano, Eligio, Jose, Román, Roger, Monfer,..., echamos unas buenas risas mientras la pendiente lo permitía.



La visión de grandes areas quemadas de esta sierra por el incendio del pasado verano me sobrecogió. En diciembre de 2010, estuve rodando por esta zona y era sencillamente espectacular.







La traza sigue hacia el sur rodeando el Cabezo de Lata hasta llegar a la falda del Penedo da Lebre, con una caseta en su cima. Vamos rolando hacia el este rodeando el Penedo, para luego seguir hacia el nordeste. Si la pendiente es importante (casi todo el tramo en torno al 9-10%, a partir de ahora se recrucede hasta llegar al 15%. La vieja zeta en el trazado.











Estamos a 1.388 m. de altitud y aun queda la parte más pendiente. En platín y jugando con la piñonera 30-28 asciendo tranquilamente.









A mi izquierda diviso la cruz en el Monte do Penedo Negro. En este punto la pendiente minora dando tregua a los musculos de las piernas. Ya vemos la ermita de San Mamede y un último repecho tambien importante hasta la ermita y ya estamos arriba. Allí ya está esperandonos mi gran amigo Roger, de los primeros en llegar. Está fuerte como un toro.

El aire genera una baja sensación térmica a esa altitud, más de 1.600 metros, poniéndonos los cortavientos para comenzar a descender por el cortafuegos en cuanto estuviésemos todos reunidos nuevamente en la ermita.

La bajada se inicia por camino para enlazar por el cortafuegos a la izquierda. Firme poco liso con pendiente importante. No es de mis decensos preferidos pero es lo que hay. Una pérdida leve de control me hace soltar el pie derecho de la cala, y para evitar una caída, retraso todo el cuerpo casi sentándose sobre la rueda trasera. una vez recuperado el control, al dirigir la bici hacia una zona con mejor firme, logro incorporarme sobre el sillin sin haberme detenido ni poner pie al suelo. David me rebasa observando toda mi peripecia.

Me vuelvo a poner a la cabeza hasta llegar al cruce hacia el Bidueiral por la izquierda. Pensando que girariamos hacia esa zona, entré en ese camino derrapando suave que debió ser bueno a tenor de los aullidos de mis compañeros, no se si de admiración o de peligro de acabar con mis huesos en el suelo, aunque nunca tuve esa sensación.

Allí mismo nos reagrupamos para seguir no por el Bidueiral, sino de frente hacia el embalse de Chandreixa hacia el pueblo de Paredes subiendo y bajando con un camino rompepiernas. En este tramo se observan buenos paisajes, a la izquierda el Bidueiral y a la derecha valles de ensueñoño dominados por el Parque do Invernadeiro. Impresionante.










Desde Paredes se regresa casi llaneando excepto por algún repechin hasta enlazar con la carretilla del ascenso inicial, por la que descendimos rápido a Monterramo que ya empezar a chispear gotas de lluvia.

Lavado de nuestras monturas, gracias al Concello, para lavarnos nosotros después en un albergue, supongo que municipal. Después una comida de confraternizacion a base de entrante de ensalada de ventresca y luego, el producto rey de la zona, carne roja bovina con ensalada y rematar con un abundante y exquisito postre casero. Todo regando por un buen caldo tinto y mucha agua para los conductores. En medio, risas charlas y calificación de ruta con una estrella. Además de instituirme, a propuesta de Antón, como organizador de la próxima ruta del Magosto para el fin de semana anterior al día de San Martín. Sí es que a estos chicos les encanta las rutas endurolai que nos mandamos por los alrededores de Las Burgas.

Acabado el refrigerio, entramos en el Monasterio que nos lo mostró muy amablemente Ana, una de las guías del Concello, como premio por haber coronado y llegar hasta la ermita del Santo Mamed. Las explicaciones fueron muy amenas así como la claridad en sus comentarios. El coro y sus misericordias, el retablo, la trastienda con las piezas a la espera de restauración, los claustros y los planos de las bóvedas dibujados en el suelo sobre la piedra. Todo muy curioso. Su sobriedad delata su origen cisterciense.







Rematada la visita nos despedimos hasta la próxima ruta y cada mochuelo a su hoyuelo. Hasta la próxima.






Fotos propias
Fotos Bicinenazas