jueves, 13 de septiembre de 2012

CSI 4 Quiroga a Chantada

Miercoles 29: El albergue juvenil donde pernocté esta noche solo estábamos alojados una pareja que había salido el domingo de Quiroga para hacer un descenso en canoa por el Sil y que en el día de ayer fueron a recogerlos a Peares, llegando bastante tarde, por eso no los vi. Sabía de su aventura por el amable hospitalero.

El día amaneció despejado tras una noche con alguna lluvia como demostraba el suelo mojado. Del mismo modo que ayer las previsiones eran buenas y ya ni me puse el chubasquero. Enfrente al albergue, desayuné en una panadería-cafetería a base de pan fresco (tuve que comprar la barra de pan, porque las tostadas son a base de pan revenido o reseso).

Puse los elementos electrónicos a punto y arranqué a las nueve de la mañana.Antes de salir del pueblo me adelantó un ciclista con un saludo más del estilo de los peregrinos que de un paisano del pueblo, llevaba una alforjilla en la parte superior de un transportín. Será o no será un peregrino? pensé, pero con solo ese equipaje y a ese velocidad a la que me adelantó... Acababa de terminar con estos pensamientos cuando me adelantó una ciclista con alforjas a la misma velocidad que el primero, saludándome del mismo modo . Son peregrinos y van juntos, está claro. Intento acelerar para alcanzarlo cuando veo la Oficina de Turismo y definitivamente me detengo para recabar información y estampar un sello en la credencial.

Esta primera parte de la etapa se discurre por carretera cerca del río. Me detengo a disparar unas fotos en el puente que lleva a San Clodio, por el que no se cruza, sino que se sigue hacia Espandariz.








Se salva la N120 por un tunel a la derecha para tomar de inmediato un carreterilla en constante y tendido ascenso que nos proporciona unas vistas magníficas del río Sil y de la Ribeira Sacra. 







Encuentro una señal vertical del Camino de Invierno algo inclinada que parece enviarnos a una montaña lejana y muy elevada. Será broma?? o no??




Casi a 3 kms de tomar esa carretera, la traza toma un camino de buen firme, con la misma pendiente que nos conduce a las montañas que vigilan el río Lor. Como digo yo, a ritmín y con paciencia se sube todo. Efectivamente, tras 3 kilómetros de pista de tierra corono deteniéndome únicamente para hacer fotos de estos parajes. Estamos a una altitud de 592 metros.




En un tropiezo con las manos, se me cae la cámara de fotos al suelo, rompiéndose la carcasa un poquitín. Lleva conmigo desde 2007 cuando realicé la Vía de la Plata. De momento sigue funcionando. Arranco de nuevo, ahora en bajada entre pinos y castaños para llegar por pista, igualmente con buen firme, a la Capilla de los Remedios.






A partir de ahí, descendemos hasta Carballo de Lor por una pista rápida donde hay que tener cuidado porque no hay que hacer caso de una indicación de senderismo de giro a la izquierda. Se sigue de frente haciendo caso omiso a tales indicaciones, ya que un poco más adelante nos encontraremos con una señal del Camino de Invierno. El firme está adaptado para subir coches hasta la capilla.





Una vez en Carballo de Lor, se desciende a Barxa de Lor por carreterilla muy pronunciada, donde el ganado vacuno me observa como diciendo ¿y éste...? Sigo un poco y se cruza en río Lor por un puente medieval en medio de un paraje para detenerse un buen rato y disfrutar de su tranquilidad..






Las aguas cristalinas del Lor invitaban a un baño, pero no, no puede ser. Hago las fotos de rigor, menos mal que la cámara sigue funcionando casi con normalidad, y continuo mi viaje ascendiendo fuertemente casi 300 entre el cementerio y A Lama, dandolo todo.







Aquí se abandona el río Lor, que baja muy encajonado entre las montañas, para seguir hacia Castroncelos por una carreterilla y luego por camino ancho para llegar a la meseta donde se encuentra este pueblo. Según se sube voy haciendo fotos de lo que veo.




La ganadería vacuna empieza a ser la forma de ganarse la vida de las personas que moran por estas tierras, como se puede comprobar de las inequívocas señales en el suelo. A partir de este momento tendré que cuidar por donde llevo las ruedas.




Paso por Castroncelos, desviandome para visitar la iglesia de Santiago, mas que nada su torre-campanario porque el resto podrían tirarlo. Lo siento por los lugareños, pero la remodelación se podría haber hecho con algo más de gusto.







Seguimos por carreterilla y llegando a A Pobra de Brollón, se desciende por camino de tierra. A Pobra me sorprendió, con una zona de esparcimiento con piscinas para rapacicos al aire libre. Dos río se unen aquí, el Saá y su afluente el Rubín. Atravieso este último por unas piedras sujetando la bici en el aire.








En un supermercado compro algo de comida y fruta, y allí mismo, al lado de la piscina almuerzo algo. Son las 12:15 y llevo ya varias horas sin comer  con 25 kms encima y casi 700 metros de ascensión acumulada.

Salgo de A Pobra sobre las 12:45 por un camino bien definido muy frondoso y firme bueno muy cerca del río Saá, en ligero descenso durante casi 4 kms. Observando el firme, descubro unas huellas de rueda de MTB frescas, esta visión me dió fuerzas renovadas acelerando un poco el ritmo. Se pasa por A Zapateira y en Cereixa me detengo a tomar una foto de su cruceiro.






Por pista terrera hay que ascender una ultima subida antes de llegar a Monforte, subida que se me antoja fuerte, y que según se baja ya se puede ver la torre del castillo de Lemos. En Monforte se entra atravesando las vías del tren. Hay que recordar que esta ciudad es o fue un nudo ferroviario de importancia en Galicia.






 En Monforte, además de rellenar de aire las ruedas en un taller de motos, pierdo las flechas por lo que me dirijo al estupendo paseo fluvial del Cabe hasta el Puente Romano, donde me detengo para tomar unas fotos y descansar unos segundos.  El castillo domina en lo alto sobre la ciudad.






Despues me dirijo hacia los Escolapios para tomar un refrigerio en una terracilla contemplando el edificio y la gente pasar. Ordeno mis ideas descansando antes de continuar ya que hace mucho calor. Tras estos momentos de relajación, doy una vuelta por la plaza de los Escolapios y por la ciudad para continuar cruzando el puente romano, donde recupero las flechas amarillas.











La salida monfortina se realiza por la carretera que va hacia A Vide y que en un futuro recuperaremos ya que llega hasta Diomondi. Al pasar A Vide se toma una senda un poco cerrada con hierba alta y zarzas que dejan marcas en piernas y brazos. A la izquierda contemplamos la casa de Cadórniga, situada entre nosotros y una laguna. Es posible que en invierno, el camino esté inundado.







Dejamos este camino llegando a Moreda, donde se toma una carreterilla y empezamos a ascender hacia O Reguengo. Aquí nos encontramos con un pazo gallego soberbio con palomar, establos, iglesia y todo con un cierre de muro petreo que impide contemplar el interior de la parcela según se avanza.







Rodando por la carretera debemos tomar un camino a la izquierda que va bordeando la propiedad del pazo. En constante ascenso y teniendo cuidado con las grandes piedras que llenan el camino y que no son ni más ni menos que trozos del muro derruido del pazo. En algún caso hay que echar pie al suelo para sortear tales dificultades empujando un poco la bicicleta, a la vez se contempla el pazo desde otra perspectiva.






Se llega a Castrotañe donde el camino se convierte en una calzada romana empedrada que hace las delicias de cualquier ciclista experimentado en estas lides. Suelto la suspensión y me dispongo a una ascensión divertida y técnica. El esfuerzo es grande pero merece la pena con creces por el disfrute de conseguir coronar hasta Piñeiro sin apenas echar el pie al suelo.

Una buena fuente en este pueblín me invita a descansar y reponer fuerzas a base de fruta previamente adquirida en A Pobra. Es fundamental en estos viajes donde apenas hay infraestructura llevar algo de alimento, nunca se sabe donde podremos reponer fuerzas. Un gatín tambien estaba descansando al lado de un mojón del camino. Mirando hacia atrás contemplo Monforte mientras le disparo una foto justo antes de partir de nuevo.







Se continua subiendo por un camino hacia O Rendal, pasando por Virís. El firme de tierra es irregular con algo de piedra pequeña sujeta al suelo acompañado por la sombra de grandes árboles. En O Rendal se toma una carreterilla tambien en ascenso suave hasta Fión y despues prácticamente se llanea hacia Diomondi. Pasado Fión, contemplando las montañas lejanas a mi izquierda me llevo una alegría al identificarlas como zonas por donde ya he rodado: Monte Meda, San Mamede,...





Se continua todo por la misma carreterilla hasta llegar a Diomondi, no sin antes detenerme unos cientos de metros antes, en Montecelo, para contemplar el cruceiro y  las ruinas de su iglesia de San Pedro, invadida por maleza y despojos de maquinaria agrícola. En Diomondi, me desvio para ver la iglesia de San Pelagio, una joya que está en restauración. Aquí estuve hace un par de años cuando rodé con los Bicinenazas y los RozaToxos de Chantada. Regreso al punto de desvio hacia San Pelagio, donde se encuentra el mojón peregrinal con la distancia de 100 kms a Santiago.











Aquí comienza el descenso por una sinuosa calzada romana con buena pendiente hacia el río Miño, los famosos Codos de Belesar. Suelto la suspensión, bajo el sillín y abro mi mente para proceder al vertiginoso tramo. Solo me detengo de vez en cuando para hacer fotos. La diversión es proporcional a la pendiente rodada. Los frenos sufren con cada curva o codo, mientras voy sentando literalmente encima de las alforjas corrigiendo mi posición para equilibrar el centro de gravedad del conjunto en el descenso.








Según se avanza en el descenso, se va contemplando el Miñó, allá abajo. Aun queda un cacho hasta su orilla, en el pueblo de Belesar, donde hay un puerto fluvial con una bar, donde pienso refrescarme algo mientras pienso digerir la calzada, así como reposar para enfrentarme a la fuerte subida despues del puente.








Una vez abajo, los frenos cansados de tanta presión chirrían algo por el calentón que acaban de sufrir. Me dirijo al bar del embarcadero, desmonto, cando la bici y bajo al bar. Unos mozalbetes están desembarcando. Nadie en el bar, ni camarero ni nada. Les pregunto a los chicos y resulta que ese día de la semana cierra. Bueno, que le vamos a hacer... Regreso al puente y me conformo con rellenar la mochila de hidratación con agua de la fuente que hay allí.






Atravieso el puente y la traza asciende con gran pendiente por la calzada romana, si bien para ciclistas es recomendable seguir por la sinuosa carretera que asciende a Chantada. La senda de caminantes sube alternando la calzada con la carretera y la parte de la calzada son subidas con mucha pendiente.

Sin titubeos, emboco la rueda hacia la calzada poniendo la piñonera del 34 y al platín. En este primer tramo hasta cruzar la carretera lo subo con dificultad y en un punto tengo que detenerme para empujar un poco. Se cruza la carretera para ascender un segundo tramo de calzada. Esta parte es más pendiente y complicada que para sortear la pendiente hace dos codos. Algún trozo hice encima de la bici, pero la parte final tengo que empujar duro de forma sucesiva en trozos de 10 metros deteniéndome para coger resuello para volver a empujar otros 10 metros, y así una tercera vez hasta que se llega a la carretera.

Una vez en ella, la traza oficial sigue por la carretera, ruedo un poco por asfalto y me detengo enseguida para hacer unas fotos del Miño. En este tramo hay numerosas bodegas para realizar catas.





Continuo y la carretera hace un codo a la izquierda donde parece que minora levemente la pendiente; a 200 metros de la curva la traza se desvía a la derecha para seguir la calzada descendiendo por una senda, cruzar un arroyo y volver a subir a la carretera. Decido seguir por asfalto en constante subida, ya quemé mucha energía en los tramos anteriores, además la previsión del ascenso es de empujing del duro.




Las bodegas siguen inundando la carretera y las vistas son estupendas. La carretera hace un codo ahora a la derecha, donde hay un puente que salva el arroyo antes mencionado.



Se sigue ascendiendo y dejo a la izquierda un cuarto tramo de calzada que ya no sigo. En total son seis tramos de calzada romana que acaban en Líncora para seguir la traza oficial por carretera hasta Chantada. En Lincora me detengo a visitar su iglesia de San Pedro y como están con los oficios, no entro.



Prosigo mi viaje, son las 20:45 horas y necesito descansar en el fin de etapa. Un leve descenso para llegar a Chantada para cruzar un puente que ni me percato de él, entrando por una zona recreativa con mucho bullicio. Pregunto por monasterio de San Salvador de Asma y por un puente antiguo que está datado de 1.290 y nadie sabe decirme de él. Despues unas mujeres mayores, me indican que San Salvador de Asma queda hacia atrás y del puente me dicen que "debe ser" por el que he pasado al entrar. Bueno, como no quiero ir hacia atrás y es casi de noche y aun tengo que alojarme, dejo la visita para otra ocasión o para el día siguiente.

Alojado en el Hotel Mogay, me informan que casi todos los restaurantes están cerrados por ser el día siguiente de las fiestas patronales de Chantada. Por cierto, me hacen un descuento por peregrino, reflejado en factura, y curiosamente al huésped que se aloja al mismo tiempo que yo, y que no es peregrino, le cobran lo mismo. En fin...

Me dirijo a Os Pendellos, restaurante regentado por Roberto, de RozaToxos. Cerrado. Busco alternativas y todas cerradas, incluso las cafeterías. ¿Pero no hay ningún local para cenar? Si, gracias a una pareja que me informa de un lugar de pinchos, donde me tomo varios, mientras ordeno mis ideas, tomo mis notas y leo algo sobre lo que me voy a enfrentar mañana.


Datos Garmin 62S

Distancia: 73,06 kms.
Duración: 12:03:42
Tiempo detenido: 3:22:23 incluye fotos y descansos para repostar
Velocidad media en movimiento: 8,4 km/h
Velocidad máxima: 49 km/h

Ascensión acumulada: 1.565 m.
Descenso acumulado: 1.289 m.
Altitud máxima: 621 m. Pendiente máxima: 35,4%
Pendiente mínima: -31,6%
Pulso medio: 99 p/m
Pulso máximo: 158 p/m







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