lunes, 12 de abril de 2010

I Ruta Integral Cañones do Sil

Un buen día, sentados alrededor de una mesa llena de viandas con los amigos de Vigo, los Bicinenazas, el merecido descanso tras una magnífica Ruta do Ribeiro y Tierras do Avia, por Leiro y Peña Corneira, hicimos un breve comentario de una ruta por los Cañones del Sil que estabamos preparando, y de otra a más largo plazo por León.

Craso error, nos tomaron la palabra y en la siguiente ruta conjunta, Ruta del Magosto, nuestros amigos de Vigo, especialmente el boss, Jose, ya venian con las ideas más claras.

Y claro, después de ver las fotos de nuestra ruta por la Ribeira Sacra que hicimos 15 días más tarde, la liada estaba montada. Y tras meses de organización, decidir si ruta circular o lineal y de ir a recorrer personalmente con los amigos algunos posibles trazados nuevos, montamos la I Ruta Integral de los Cañones del Sil, conocida tambien como "El Anillo de Endurolai". Una ruta lineal desde Parada do Sil hasta Ourense. en realidad son dos rutas, una de 56 km. por un trazado agresivo y semiendurero por caminos, denominado Trazado A, y otro más liviano, con muchos tramos por carretera casi paralelo al trazado A y con enlaces para quien quisiera ir intercambiando trazados, denominado Trazado B.




El tema de la logística se encargaron los amigos Bicinenazas. Contrataron un autobus para llevarlos hasta Parada, así como recogernos a nosotros en Ourense.

Asimismo, se encargaron de un pequeño avituallamiento en Liñares y de buscar un restaurante para una merienda-cena de confraternización final. Del trazado y de por donde ir, fue un tema para los ourensanos.







07:50 Vigo-Plaza de España, los bicinenazas quedan para cargar sus bicis en el bus.
09:15 Ourense-Pabellón de los Remedios, el bus recoge al grupo de los Amigos do Garaxe
09:25 Ourense-Intercambiador de la Universidad, el bus termina de recoger al resto de los participantes, integrados por mi, Julio, Rubén, los full toxos, y algún bicinenaza.
10:30 Parada do Sil. Desmontar del bus, componer las bicis y recoger las nuestras depositadas en casa de un amigo, Manolo, el día anterior.
10:45 Inicio de la ruta desde la Plaza do Barquilleiro en Parada do Sil con una cota de altitud de 680 metros.







Iniciamos por la senda marcada hacia los Balcones de Madrid y a los 500 metros, en Fondo de Vila, la primera parada, falta la mayoría del grupo, ¿donde están? Pues fueron directamente por una pista ancha hacia los Balcones, perdiéndose un paraje lleno de castaños centenarios.


Cuando nos dimos cuenta del cambio de ruta inesperado, continuamos y nos agrupamos en los Balcones. El grupo ya empezaba a emocionarse con las vistas, sobre todo los que nunca habían estado en esta parte del Mundo.







Después de los dos miradores, la traza discurre en bajada con pendiente curiosa por una pista con gravilla, algo peligrosilla, que enlaza con un camino real empedrado y majo que desciende a un riachuelo (cota de 549 metros), justo antes de llegar a Portela.

Una vez aquí, tomamos la carretera hacia Castro, el nucleo más cerca del Mosteiro de Santa Cristina, una cucada que dejamos para otra ocasión. La pendiente de esta carreterilla se hace notar y el grupo se va estirando, y como vemos que la única amazona integrante del grupo A, Christine, se nos va quedando rezagada, Julio y yo nos quedamos esperandola para su tranquilidad.





Una vez llegado a las inmediaciones de Castro, empezamos con la fiesta, tomando el camino real que unía ambos monasterios, el de Santa Cristina y el de San Estevo de Ribas do Sil. Una fuerte subida empedrada que se transforma en camino con piedra suelta bajando un regato. Al principio, por el enlosado, algunos aguerridos hicimos nuestros pinitos encima de la bici, y luego desistimos por la fuerte pendiente y lo roto que estaba el camino, así como contener nuestras energías, que aun quedaba mucha ruta. Tan solo llevabamos 6,5 km. en nuestro haber y con un día que prometía caluroso.

Despues de empujar un poco o un mucho, según como se vea, la pendiente minoraba y ya pudimos subir a las burras, y un poco más allá nos agrupamos en el punto donde se enlaza con la carretera de Parada. Tan sólo 7,6 km. Continuamos por carretera subiendo hasta una cota de altitud de 855 metros (máxima del día). Allí estaba el mirador Metálico, parada con fotos de la espectacular vista. Salimos los últimos, porque no se que le pasó a Julio con su pulsómetro. Descenso rápido por carretera hasta el Mirador de Cabezoás. Cuando llegamos, ya no quedaba casi nadie y como ya lo conocía, ni me molesté en echar foto alguna, tengo miles desde este lugar de ocasiones anteriores. Estabamos en el km. 9,8.




Dejé pasar a Fer, Bicinenaza, el que llevaba la cámara en el manillar, y me tiré por el siguiente tramo cerrando el grupo, un descenso single-track muy majo, pero que muy majo, haciendo unas "eses" hasta bajar a un regato algo crecido por las lluvias del invierno, que tuvimos que vadear y los más luchadores, lo pasaron sin ningún problema encima de la bici.

Luego es bajar un poco más y ya estamos en Cimadevila y Vilouxe. Llevamos 11,5 km. En Vilouxe hay un desvío al Mirador de Albarellos que ni está indicado ni nadie se percató. Yo tampoco comenté nada por verse bastante cerrado el camino al mirador. Acto seguido un rápido descenso cementado con buena pendiente que minora en suave bajada con buenas vistas. En el km. 12,7 nos desviamos cincuenta metros para ver el Mirador das Escadas. Fotos y cambio de pastillas de frenos por parte de Julio (full toxo).




Continuamos en un sube-baja para desviarnos al Mirador de Pe do Home, 2,5 km. más allá del anterior mirador y una cota de altitud de 519 metros. Pe do Home es un promontorio mirando al nordeste sobre pleno Encoro de San Estevo, siendo uno de los parajes más bonitos de los Cañones del Sil. Todo el mundo quedó encantado. Miles de fotos se sacaron en este lugar y del catamarán que se veía marchar rio arriba. Por cierto el Sil se veía muy sucio y turbio de toda la tierra arrastrada por las incesantes lluvias de estos meses atrás y muchos de los bancales de enfrente, ya de la provincia de Lugo, casi verticales, donde tienen los viñedos, estaban destrozados. Aquí algunos aprovechamos tambien para avituallarnos para no desfallecer en la subida de despues del mirador.




















Los siguientes 5 km. fue un constante sube-baja moviendonos entre las cotas de altitud 520-600 metros, un rompepiernas que iba minando nuestras fuerzas con zonas trialeras y picos de subidas fuertes, de empujing y descensos cortos muy pronunciados, todo ello alternando con innumerables incidencias de pinchazos, roturas de patillas de cambio,... El grupo estaba muy desperdigados en mini-grupos, ya por las incidencias tenidas, ya por la fortaleza de los más aguerridos.



Ya casi llegando a la bajada final al Monasterio de San Estevo, cruzamos la carretera cuando llevabamos 21,2 km. para ir por un sendero roto con piedras que acaba en un mini-tramo endurero cortado que se incorpora nuevamente a la carretera. Aquí, en el tramo final, los del grupo donde yo iba nos bajamos de la bici. Wergner se acercó, observó y dijo "jah!" y se echó hacia atrás para encarar el tramo con decisión y maestría. Pasó con un dominio y técnica impresionante, demostrando que los Bicinenazas no son tan nenazas como su nombre indica. Se escuchó un aplauso general. Las fotos que le hicimos no dan fe suficiente de la dificultad del tramo.

Incorporados nuevamente a la carretera, bajamos por asfalto con fuerte descenso al Monasterio de San Estevo. Llegamos sin bajar hasta la entrada, quedandonos un pelín más arriba a una cota de altitud de 483 metros y 22,7 km. en nuestro haber. El monasterio está 15 metros de altitud más abajo. Yo iba algo derrotado por el excesivo calor, casi todo el rato estuvimos en torno a los 28ºC y ya eran las 14:20 horas. en esta pequeña parada, algunos empezaron a reponer fuerzas comiendo algún bocado. Julio, Oscar y yo decidimos seguir hasta Pombar para comer algo, justo despues de la intensa subida que hay despues del monasterio.


Así que continuamos hasta Pombar, 1 km. de subida infernal pero de con firme agradecido. Tardé 15 minutos en llegar, medio empujando, medio blasfemando, con una pendiente media del 14,2% y picos del 21%. El calor era sofocante. Llegué con una cara de muerto que Julio se preocupó. Tomé una barrita y el bocadillo jamonero ni fui capaz de probar bocado. En eso ya llegan el resto de los integrantes, una vez repuesto sus fuerzas abajo. Decidí ir por carretera hasta Luintra, pero los amigos me quitaron esa idea de la carretera.


Les seguí pues, pero cada vez me iban sacando más ventaja, una buena subida de 2 km. con firme de gravilla que con este calor me iba matando poco a poco. Unas veces empujaba y otras encima de la bici. El sol azotaba. La cabeza recalentada. Bebía con ansiedad. Llegué arriba al punto donde teníamos que enlazar con la ruta circular que habíamos hecho unos meses atrás subiendo hacia los eólicos. Allí me estaban esperando los amigos con 22,5 km. en mi haber y a una cota de altitud de 735 metros. A partir de aquí, tendencia a bajar hasta encontrar la carretera de Luintra casi a la altura del campo de futbol.

Llegado a la carretera, la traza seguía a la izquierda para tomar un camino que rodeaba Luintra por la derecha, yendo por Biduedo, Monteverde y Baldomar. Como era el último en llegar y estaba alli Fer, le informe que no las tenía todas conmigo y que me iba por carretera atajando esa vuelta. Así pues, tomé dirección yo solo hacia Liñares, pasando por Luintra. Una vez aquí, en la plaza del afilador, analicé el trazado, para ir por carretera directamente hasta Liñares, pero al final decidí seguir la traza inicial que se había planteado en un principio, antes de las modificaciones planteadas, descartando así el asfalto (la cabra tira al monte). Si bien en Baldomar, a escasos 900 metros de Luintra se vuelve a enlazar con la traza de la ruta.


Una bajada por carreterilla hasta Baldomar para encarar un caminín en subida para salvar casi 100 metros de altitud. Empujando de lo desfallecido que voy. En esto oigo voces detrás mía, un grupo de bikers, los full toxos con Alberto, keimajomas, a la cabeza demostrando su poderío, mientras Emilo, Alene, me decía entre risas "eso es trampa, has atajado". Pero tambien me preguntan algo apurados y con ansiedad por el lugar de avituallamiento. Aun así, yo voy muerto y me pasan en un suspiro, dejandome atrás. Sigo con la tranquilidad de saber que me han visto y saben donde estoy. Llego a una carretera y la traza sigue por ella en bajada para atravesar el pueblo de Nogueira. Son las 15:41 y Liñares parece no llegar nunca. Los parajes son preciosos pero casi ni me doy cuenta de ellos. Otra subida más, 29ºC de temperatura. JOER!!!! Desfallezco, Y Liñares?????

Una bajadilla y veo el pueblo y el autobus. Son las 15:55 horas. Paro con 34,3 km. encima y mucho calor, saludo a la peña, me hidrato mucho, empanada, descanso, fruta, más descanso y leche con colacao para reponer, mientras tanto hablo con diferentes integrantes de la ruta. Van llegando el resto, muy desperdigados por las incidencias mecánicas tenidas. Gracias a Anton, el artífice del avituallamiento, podemos continuar una hora más tarde, con fuerzas recuperadas. Algunos regresan por carretera y otros en bus. Mientras los full toxos, que ya habían salido antes, y nosotros continuamos por la traza marcada. Nos siguen algunos bicinenzas, entre ellos Eligio, todo un campeón. La temperatura ambiental no ha bajado nada, seguimos a 27-28ºC


A partir de ahora la traza sigue por la que se hizo en la Ruta de las Fiestas de Ourense 2009, siendo su artífice el amigo Antonio, elaryas. Es una bajada rápida por pista de más de 2 km., algo peligrosa despues de las lluvias del invierno con mucha piedra y tierra suelta. Jose tuvo una caída aparatosa, haciéndose daño, pero continuó como si tal cosa. Despues de Lamagrande, con 38,8 km. encima, viene la última subida dura, salvado una altitud de 100 metros en un kilómetro, pero más intensos al principio. La subida minora los siguientes dos kilómetros pero es constante con firme muy húmedo y blando con gran esfuerzo y parece que nunca llegas al final. Nos volvemos a agrupar arriba y comenzamos a llanear hasta el km. 45,2 en que por fin empezamos a bajar, pero antes tendríamos pinchazos, rotura de patilla de cambio de Javier, pinchazo de Eligio y al meter la rueda se estropeó una pieza del freno que le obligó a retirar las pastillas e ir sin freno delantero el resto de la ruta; así como tener que desviarnos un pelín por el exceso de barro en el camino.


La bajada empezó en Sabadelle, soltando toda la suspensión descendimos por un caminín muy majo y rápido a veces técnico, a veces limpio, para acabar con mucha pendiente y enlazar con la parte del trazado que no hicimos en la Ruta del Magosto. A partir de aquí un sendero singletrack cuasi-llano picando para abajo donde se va viendo la ciudad de Ourense desde arriba. Despues el senderín de las acacias, precioso y la bajada final a la ciudad donde nos esperaba el autobus en el intercambiador de la universidad, la parada donde nos recogió a nosotros, con 51 km. en mi haber llegando a las 19:32 horas.


Una vez allí, compruebo que algunos integrantes de la ruta ya han retornado a su lugar de origen y los bicinenazas que faltan están disfrutando de las termas. Tambien por Eligio me entero de un detalle muy grato del más veterano de los Nenazas, Julio, uno de los integrantes del Trazado B.



Ducha en casa y quedo con los amigos para una cena de confraternización con muchas risas comentando la jugada, si bien del grupo ourensano participamos Julio -Tetaro, José Manuel y yo. Pulpo a la plancha, salteado de setas, carne richada. agua y vino a rodar, postres. Todo un homenaje.

Nos despedimos de los amigos, no sin antes tener una charla con Julio Bicinenaza, con su hijo Julio junior y Eligio, recordando a mi padre; uno como buen amigo, otro como alumno y el último como compañero. Una conversación de lo más emocionante, casi tengo que enjugarme los ojos.

Unas fotillas del paisaje. El resto, en tamaño con más resolución en Galería de Fotos.




































SALud amigos

2 comentarios:

Eligio Domarco dijo...

Muy buen comentario, Calan. Me imagino que ya te habrán dicho que escribes muy bien. Lo corroboro. Excelente crónica.

nenazas dijo...

Me ha encantado la crónica, me parece que te vamos a fichar en el grupo para este menester.